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miércoles, 11 de abril de 2018

Utopía de Eduardo Galeno, poesía y bioética...

UTOPIA 

poema del uruguayo Eduardo Galeano



Qué tal si deliramos por un ratito
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para  adivinar otro mundo posible

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones

En las calles los automóviles serán aplastados por los perros
la gente no sera manejada por el automóvil
ni será programada por el ordenador
ni será comprada por el supermercado
ni será tampoco mirada por el televisor

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega

En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio militar
sino los que quieran cumplirlo
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajermos para vivir
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero

La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio
porque la comida y la comunicación son derechos humanos

Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestion

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla

La justicia y la libertd, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda

En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria

La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo

La iglesia dictará también otro mandamiento que se le había olvidado a Dios: amarás a la naturaleza de la que formas parte

Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo

Seremos imperfectos
Porque la perfección seguirá siendo
el aburrido privilegio de los dioses
pero en este mundo
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día
como si fuera el primero
y cada noche
como si fuera la última



Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. 

     Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
     Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: 

     Que no son, aunque sean.
     Que no hablan idiomas, sino dialectos.
     Que no profesan religiones, sino supersticiones.
     Que no hacen arte, sino artesanía.
     Que no practican cultura, sino folklore.
     Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
     Que no tienen cara, sino brazos.
     Que no tienen nombre, sino número.
     Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
     Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.



(Eduardo Hugues Galeano; Montevideo, 1940 - 2015) Escritor y periodista uruguayo cuya obra, comprometida con la realidad latinoamericana, indaga en las raíces y en los mecanismos sociales y políticos de Hispanoamérica.

 
Los cuentacuentos,
solo puede contar mientras la nieve cae.
Así manda la tradición.
Los indios del norte de América
tienen mucho cuidado con este asunto de los cuentos.
Dicen que cuando los cuentos suenan,
las plantas no se ocupan de crecer
y los pájaros olvidan la comida de sus hijos.






















La noche / 1 
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
 
La noche / 2
 
Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.
 
La noche / 3
 
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
 
La noche / 4
 
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.









2 comentarios:

  1. Excelente el texto de Galeano, Emiro. Indudablemente, la carta del Jefe es un documento clásico que con su ultima palabra, termina justificando la Bioética: la Ciencia de la Supervivencia.

    Que bueno que se acuerden en Unitrópico de la Bioética. Para todos aquellos que lo hacen, mi saludo y mi aprecio desde la distancia.

    Jairo RHN

    ResponderBorrar
  2. Excelente el texto de Galeano, Emiro. Indudablemente, la carta del Jefe es un documento clásico que con su ultima palabra, termina justificando la Bioética: la Ciencia de la Supervivencia.

    Que bueno que se acuerden en Unitrópico de la Bioética. Para todos aquellos que lo hacen, mi saludo y mi aprecio desde la distancia.

    Jairo RHN

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