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jueves, 22 de agosto de 2019

PRIMO LEVI (1919 a 1987), una voz para que nadie olvide... el rol de los testigos

Según José Ovejero escribió  de Primo Levi  que "sólo el  número     174.517 recuerda su paso por Auschwitz. Por lo demás, nombre, fechas de nacimiento y defunción (1919-1987) y el acrónimo con alfabeto hebreo de la frase: “Que su alma esté atada al haz de la vida (eterna)”. Agrego además que:  "la muerte de un escritor que ha usado su vida como materia esencial de sus obras nos deja un sinfín de silencios".


  Primo Levi quien se erige en el testigo. Rememora. Impide olvidar. Le da voz a los que ya no pueden contar.

Primo Levi dijo: "Escribí de la manera más natural escogiendo deliberadamente un lenguaje no demasiado sonoro. No había necesidad de subrayar el horror. El horror estaba allí".

También defendió la tesis de que " los objetivos de la vida son la mejor defensa contra la muerte".


Los temas que trata Primo Levi son complejos, no admiten simplificaciones ni maniqueísmos, pues afirmó: "todos somos cómplices en el crimen contra la humanidad".

La comunicación de la experiencia,  por ingrata e injusta que sea, son claro y, contrariamente, esperanzadores.


Otra vez la condición humana al desnudo, sus obras se titulan sabiamente:
La tregua
Los hundidos y los salvados
Defecto de forma
Yo, quien os habla
Si ahora no, ¿cuándo?
El sistema periódico
Si esto es un hombre
el oficio ajeno
La búsqueda de raíces
Historias naturales
A una hora incierta
Entrevista a sí mismo
Última navidad de guerra
Entrevistas y conversaciones
Y sobre Auschwitz publicó un informe y una trilogía, que concluye en 1987