El olvido nos hace sus triquiñuelas.
Al olvido le gusta jugar con nosotros y alebrestar
nuestros nervios y jalarnos el pelo
y perder los estribos...
No hay lector que no haya dejado algo en una biblioteca,
pero en la de Unitrópico dejan todo...
Amigo Lector, por favor, no vaya a dejar
ni las deudas ni los pecados mortales
y mucho menos, un secreto...
No alcanzamos a custodiar tantas vainas tan vainosas.
LAS COSAS
Poemas de Jorge Luis Borges
El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.
Jorge Luis Borges
ODA A LAS COSAS
poema de Pablo Neruda
AMO las cosas loca,
locamente.
Me gustan las tenazas,
las tijeras,
adoro
las tazas,
las argollas,
las soperas,
sin hablar, por supuesto,
del sombrero.
En una cajita de fósforos
poema de María Elena Walsh
(escritora argentina, 1930 a 2011)
En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas. Un rayo de sol, por ejemplo (pero hay que encerrarlo muy rápido, si no, se lo come la sombra) Un poco de copo de nieve, quizá una moneda de luna, botones del traje del viento, y mucho, muchísimo más. Les voy a contar un secreto. En una cajita de fósforos yo tengo guardada una lágrima y nadie, por suerte la ve. Es claro que ya no me sirve Es cierto que esta muy gastada. Lo se, pero que voy a hacer tirarla me da mucha lástima Tal vez las personas mayores no entiendan jamás de tesoros Basura, dirán, cachivaches no se porque juntan todo esto No importa, que ustedes y yo igual seguiremos guardando palitos, pelusas, botones, tachuelas, virutas de lápiz, carozos, tapitas, papeles, piolín, carreteles, trapitos, hilachas, cascotes y bichos. En una cajita de fósforos se pueden guardar muchas cosas. Las cosas no tienen mamá. |
Amo
todas las cosas,
no sólo
las supremas,
sino las
infinitamente
chicas,
el dedal,
las espuelas,
los platos,
los floreros.
Ay, alma mía,
hermoso
es el planeta,
lleno
de pipas
por la mano
conducidas
en el humo,
de llaves,
de saleros,
en fin,
todo
lo que se hizo
por la mano del hombre,
toda cosa:
las curvas del zapato,
el tejido,
el nuevo nacimiento
del oro
sin la sangre,
los anteojos,
los clavos,
las escobas,
los relojes, las brújulas,
las monedas, la suave
suavidad de las sillas.
Ay cuántas
cosas
puras
ha construido
el hombre:
de lana,
de madera,
de cristal,
de cordeles,
mesas
maravillosas,
navíos, escaleras.
Amo
todas
las cosas,
no porque sean
ardientes
o fragantes,
sino porque
no sé,
porque
este océano es el tuyo,
es el mío:
los botones,
las ruedas,
los pequeños
tesoros
olvidados,
los abanicos en
cuyos plumajes
desvaneció el amor
sus azahares,
las copas, los cuchillos,
las tijeras,
todo tiene
en el mango, en el contorno,
la huella
de unos dedos,
de una remota mano
perdida
en lo más olvidado del olvido.
Yo voy por casas,
calles,
ascensores,
tocando cosas,
divisando objetos
que en secreto ambiciono:
uno porque repica,
otro porque
es tan suave
como la suavidad de una cadera,
otro por su color de agua profunda,
otro por su espesor de terciopelo.
Oh río
irrevocable
de las cosas,
no se dirá
que sólo
amé
los peces,
o las plantas de selva y de pradera,
que no sólo
amé
lo que salta, sube, sobrevive, suspira.
No es verdad:
muchas cosas
me lo dijeron todo.
No sólo me tocaron
o las tocó mi mano,
sino que acompañaron
de tal modo
mi existencia
que conmigo existieron
y fueron para mí tan existentes
que vivieron conmigo media vida
,LUCRECIO poeta latino nos hereda este texto:
Pero nada hay más grato que ser dueño | |
De los templos excelsos, guarnecidos | |
Por el saber tranquilo de los sabios, | |
Desde donde puedas distinguir a otros | |
Y ver cómo confusos se extravían | |
Y buscan el camino de la vida. | |
Vagabundos, debaten por nobleza, | |
Se disputan la palma del ingenio, | |
Y de noche y de día no sosiegan | |
Por oro amontonar y ser tiranos. | |
Oh míseros humanos pensamientos! | |
¡Oh pechos ciegos! Entre qué tinieblas | |
Y a qué peligros exponéis la vida | |
¡Tan rápida, tan tenue! Por ventura | |
No oís el grito de naturaleza, | |
Que alejando del cuerpo los dolores, | |
De grata sensación el alma cerca, |
SOBRE COSAS COTIDIANAS
(Erwin Quintupill - Saltapura)
Es normal que la gente tenga nombres extraños
el mío lo es, déjenlo así
Es normal que la gente sea cristiana
yo no lo soy, déjenlo así
Es normal que la gente vaya a la escuela
Yo fui, déjenlo así
Es normal que la gente siga la ruta que le indican
Yo pregunto, y elijo una diferente
déjenlo así
Es normal que la gente calle, que no hable, que permanezca en silencio
A mí me gusta el silencio; pero no el de las palabras
sino el del viento, el de la noche, el de la lluvia, el del sol
y todos los demás
déjenlo así
Es normal que la gente se registre
Yo prefiero irme por los caminos callados
déjenlo así
Es normal que la gente no escuche los sonidos de su entorno
Yo prefiero irme a los sitios vacíos y escuchar
y escuchar
déjenlo así
Es normal que la gente no duerma tranquila
Yo duermo bajo el techo de la casa, de las estrellas
déjenlo así
Es normal que a los indios les quiten la tierra en que han nacido
Yo vivo en suelo extraño
y hablo en lengua extraña
Es normal que registren
y no tengo nada más que un cuerpo desnudo y famélico
Es normal que te ofrezcan la venta de lo inimaginable
Yo intercambio mis cosas
Y como si fuera poco
es normal que la vida tenga un precio
que no asumo
que no tranzo
que me vaya por los caminos de barro y de asfalto
con la mirada enfocada hacia al frente
nunca abajo, nunca arriba
Lo único visible para mis ojos ocultos
Es la energía que mueve el cosmos.
Nada es normal
ni el tener hijos
ni el firmar papeles
ni morirse atravesado por las balas
de los que formaron el Estado en que vivo.
Soy la curiosa mirada de las estrellas que desaparecieron
el aliento de los fallecidos
el vapor de los suelos y de los bosques
completamente anormal
como las energías que se funden en cada amanecer.
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