Buscar este block:

martes, 8 de mayo de 2018

Amoríos Felinos, una antología inconclusa...


De más gatos y más poemas,
 pa' poner más cuidado... 


  • A un gato de Jorge Luis Borges
  • GATO de William Ospina
  • FRASES de varios autores
  • GATO ECUESTRE de Carlos Barral
  • LOS NOMBRES DE LOS GATOS (la lista) de Carlos Monsivais
  • SONETO AL GATO de Vinicius de Moraes
  • EL GATO de Vinicius de Moraes
  • LOS SUEÑOS DE MI GATO de Luciano Saracino
  • EL EXTERIOR DE MI GATO de Carlos Barral
  • ODA AL GATO de Pablo Neruda
  • QUISIERA SER GATO de Juan José Botero
  • Los gatos de Don German de Pablo Montoña


GATO de William Ospina

El Gato en el ArteLejos del verbo y lejos de la idea,
fatal en los designios de su especie,
sin nada en él que ame o que desprecie
por el mundo de Euclides se pasea
el gato, lenta, sigilosamente,
simulando pensar; o salta a un lado,
por súbitos impulsos acosado,
a mi dicha o mi pena indiferente.
¿Cómo verá este trágico teatro
que es para mí temor, ventura, enojos,
él, que ni sabe que son dos sus ojos,
dos sus colores y sus patas cuatro?
                Bajo resurrecciones y agonías,
                él es la eternidad, yo soy los días.


Truman y Capote, 2 gatitos en adopción | La Rata


A un gato / Jorge Luis Borges

No son más silenciosos los espejos 
ni más furtiva el alba aventurera; 
eres, bajo la luna, esa pantera 
que nos es dado divisar de lejos. 

Por obra indescifrable de un decreto 
divino, te buscamos vanamente; 
más remoto que el Ganges y el poniente, 
tuya es la soledad, tuyo el secreto. 

Tu lomo condesciende a la morosa 
caricia de mi mano. Has admitido, 
desde esa eternidad que ya es olvido, 

el amor de la mano recelosa. 
En otro tiempo estás. Eres el dueño 
de un ámbito cerrado como un sueño.






FRASES PARA CITAR EN CUALQUIER MOMENTO: 

Charles Bukowski: "Caminan con una dignidad sorprendente, pueden dormir 20 horas al día sin duda y sin remordimiento, estas criaturas son mis profesoras".

Jean Cocteau: “Amo a los gatos porque amo mi casa; y, poco a poco, ellos se han convertido en su alma visible”.


Colette: "No hay gatos corrientes".

"¿Habré hablado demasiado y demasiadas veces del gato? Peor para mi lector, porque aún no he acabado de ensalzarlo".

Julio Cortázar: "Un gato es territorio fijo, límite armonioso; un gato no viaja, su órbita es lenta y pequeña, va de una mata a una silla, de un zaguán a un cantero de pensamientos; su dibujo es pausado como el de Matisse, gato de la pintura, jamás Pollock o Appell".  

John Dingman: "Los gatos son absolutos individuos, con sus propias ideas acerca de todo, incluyendo a las personas que les pertenecen".

Ramón Gómez de la Serna: "El gato rubrica todos sus pensamientos con la cola".

Robert A. Heinlein: "Las mujeres y los gatos hacen lo que les place; los hombres y los perros deberían relajarse y acostumbrarse a esa idea".

"La forma en que nos comportamos con los gatos aquí abajo determina el estatus que tendremos en el Paraíso".

Ernest Hemingway: “Un gato es de una absoluta honestidad emocional: los seres humanos por una razón u otra, pueden esconder sus sentimientos, pero un gato no".

Aldous Huxley: “Si uno quiere ser novelista psicológico y escribir sobre los seres humanos, lo mejor que puede hacer es convivir con un par de gatos”.

Garrison Keillor: "Los gatos tienen como propósito enseñarnos que no todo en la naturaleza posee una función".

Carlos Monsiváis: “Es de una belleza cambiante, es grácil, débil, fuerte, mañoso, humilde, distante, cercano y nunca su domesticidad es absoluta".

“El psicólogo de gatos dice que contrariarlos no les hace bien”.

Pablo Neruda: "El gato quiere ser solo gato y todo gato es gato desde bigote a cola, desde presentimiento a rata viva, desde la noche hasta sus ojos de oro”.

Walter Adolphe Roberts: "Humildemente, me inclino para acariciar su sedoso pelo. Estoy contento de ser su esclavo".

Osvaldo Soriano“Un escritor sin gato es como un ciego sin lazarillo”

"Todos los escritores con corazón se han ganado un gato que los sigue y los protege".

Eckhart Tolle: "He vivido con muchos maestros zen, todos ellos gatos".



Gatos de Carlos Leite Ribeiro *** Webdesigner: Iara MeloEL GATO BLOGGER: julio 2008


GATO ECUESTRE de Carlos Barral

¿Cuál de los dos, mi tigre, a quién celebran
las aristas de polvo, las lanzas habitadas
que destellan ventanas insurgentes
en la noche solemne de la proclamación?
¿A quién miran los ojos en la hierba peinada?
¿Para quién la sonrisa aduladora
en las sombras secretas del square
o la memoria hambrienta de los niños?
¿Cuál de los dos exhibe, cuál somete?
¿O acaso lo admirable es ser el bicho
extraordinario que muestra a quien lo doma
y esclaviza la zarpa civil que lo sujeta?
Pues por si acaso fuera en tu homenaje
baila.
Yérguete sobre los cuartos poderosos
la dorada testera propón a las estrellas,
enarca la ancha mano
y queda inmóvil.




Algunos nombres de los gatos 
de Carlos Monsivais:
• Peligro para México
• Miss Antropía
• Mito Genial
• Recóndita Armonía

• Monja Beligerante

• Ansia de Militancia• Miss Oginia
• Catástrofe
• Pío Nonoalco
• Nana Nina Ricci

• Fobia                                                                                                                        
• Eva Siva
• Fetiche de Peluche
• Fray Gatolomé de las
Bardas
• Siniestro Chocorrol
• Miau Tze Tung
• Monja Desmecatada
• Carmelita Romero
Rubio de Díaz
(viuda de
Porfirio Díaz)
 Miss Oginia
• Catástrofe
• Pío Nonoalco
• Nana Nina Ricci
• Posmoderna
• Caso Omiso
• Zulema Maraima
• Voto de Castidad
• Catzinger
• Copelas o Maullas
• Rosa Luz Emburgo
• Ale Vosía
• Lalito Montemayor
• Victoria Sobre

el Fraude




Carlos Monsivais hablando de los gatos dijo:









“No sé, no sé explicarlo, pero para mí el gato tiene demasiadas cualidades, es de una belleza cambiante, es grácil, presenta lo que decía un poeta: ‘Un gato es nuestra única posibilidad de acariciar un tigre’. Sé que es una pasión que no puede transmitirse verbalmente, que cada quien la tiene, la expresa con el fervor posible, pero que cuando se tiene es inútil querer erradicarla. En mi caso además tengo la fortuna de que mis gatos son longevos, entonces mi relación es muy prolongada y profunda”.



AMORÍOS FELINOS / Emiro


De amoríos felinos
debemos cuidarnos
los humanos...
Mal aconsejan las abuelas
cuando nos meten miedo
con estos indefensos peluditos.
Sus maullidos
nos dicen
que a este planeta aún
le quedan muchos años.




VINICIUS DE MORAES CANTA A LOS GATOS

Vinicius de Moraes (1913-1980), el “blanco más negro del Brasil”, como a él mismo le gustaba definirse, fue diplomático, poeta y cantante. Una de las figuras más destacadas de la música popular brasileña, y pionero de la bossa nova, supo apreciar la belleza, armonía y vitalidad del gato, y así lo reflejó en sus libros de poemas y en las letras de sus canciones.

SONETO AL GATO

Un gato vivo es una cosa linda
nada existe con más serenidad
incluso parado todavía camina
las selvas sinuosas de la nostalgia
de haber sido feroz. A su venida
altas corrientes de electricidad
rompen del aire las láminas en ceniza
en una silenciosa tempestad.
Por eso él siempre está riéndose de cada
uno de nosotros, y al morir pierde el terciopelo,
queda torpe, al revés, opaco, torcido
acaba, es un antigato; porque nada
nada se parece más al fin de todo
que un gato muerto


Juan Carlos Gonzalez | Obra, engraving figurative realism ...



.

EL GATO

Del Libro de sonetos, 1963
Con un lindo salto
Lento y seguro
El gato pasa
Del suelo al muro
Luego cambiando
De opinión
Pasa de nuevo
Del muro al suelo

Y pisa y pasa
Cuidadoso, despacito
Caza y corre, silencioso
Tras un pobre pajarito
Y luego para
Como asombrado
Después se dispara
Salta hacia un lado
Si en una madeja
Queda enroscado
Eriza el pelo
Malhumorado
Un prejuicioso
Es lo que es
Y le gusta mucho
Que le mimen bien

Y cuando a la noche
Llega la fatiga
Toma su baño
Pasando la lengua
Por la barriga

Letra y música: Vinicius de Moraes/Bacalov/Toquinho
En: A Arca de Noé (PolyGram, 1980)





A un gato / Jorge Luis Borgés



No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

En: http://www.poemas-del-alma.com/a-un-gato.htm




Los sueños de mi gato

Mi gato tiene sueños de colores
y me los cuenta siempre en un papel.
Mueve la cola mientras pinta soles
y ronronea cuando ve un pincel.

Cometas rojos, verdes primaveras,
cielo amarillo y globos con cordel.
Mi gato sueña sueños de acuarelas
y hasta me invita a soñar con él.

La ilustración, de Sebastián Barreiro, fue hecha especialmente para este poema




El exterior de un gato de Carlos Barral 


Ser el gato,
hacer un esfuerzo y ser el gato
transitorio del alba y en la cumbre
del mundo transitado, y presumible.

Ser por fuera del gato todo el gato posible
después del atigrado resplandor de la noche
última y la pasmada contracción felina.
Comenzar en el zinc al borde de las uñas,
en el cielo que escurre el canalón vacío
y en la flor espectral que crece entre las rejas.

El gato que despierta paso a paso las viejas
miserables espaldas de fábrica baldada
y el aire algodonoso de las ramas al suelo
y la tierra afeitada del muro hasta el camino
y hasta el bidón sonoro que su peso estremece.

Ser gato por fuera y tan cabal. Parece
que el mundo quepa dentro de esta pausa ondulada
precisa como un astro, que te llama
y a quien no negarás el pararte desnuda
donde nadie hubiera imaginado

aurora sobre el muro desconchado,
alba rosada sobre el gris de un gato,
con las puntas nocturnas de los pechos
apuntando a esos hombres cavilosos
que llegan tan despacio, pisando en las afueras.

"Me llamaron LUDOVICA
hasta que me largue
 detrás de un negro 'increíble'
que me enseñó a robar y
 a no obedecer e ningún descreído"
¡Vamos a ver si  es capaz
de quitarme la almohada!
¿A qué huele esta silla?
¡será que no la lavan!

ODA AL GATO / Pablo Neruda                                                     

Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.



¿Qué ojos, Dios mío! 


Quiero ser gato / Juan José Botero 

Si Dios dijera:
Ven acá Juancho,
Dime qué quieres.
¿Quieres acaso
Ser mucha cosa
O no ser algo?

Invasora, enferme y fea
por una ventana entre
al mundo de un iluso
¿Quieres ser bueno,                                                                                   
Quieres ser malo,
Ser un demonio
O ser un santo?
¿Quieres ser rico,
Quieres ser sabio
O ser un necio
De largo a largo,
Sin luz de genio
Sin un centavo?
¿Quieres ser ave
Águila o gallo
Jilguero o mirla
Torcaz o pato,
Un lagartijo,
Un feo sapo,
O algún cuadrúpedo
Como el caballo?
¿Quieres ser perro?
Cuando me pilló, le guiñe mis ojos,
zalamera como sabemos hacerlos
nosotros los felino
¿Quieres ser asno?
¿Quieres ser tigre?
¿Quieres ser gato…?

¡Oh! Dios del cielo
Dios bueno y santo,
Yo le dijera
Entusiasmado.
Si acaso quieres
servirme en algo,
Si de este pobre                                                                   
te has acordado,
Y me quede  ¿y qué?
Yo quiero hablarte
Claro muy claro.                                                                                             
Ser lo que he sido
No es de mi agrado,
¡El hombre pasa
Tantos trabajos
En este valle
De duelo y llanto!
Si uno es pequeño
Lo andan pisando
Y es un estorbo
Si acaso es alto;                                                                 
Si es uno pobre
y me toma fotos, ¡bien lelo!
Malo, muy malo,
Si somos ricos
todo es cuidados.
Si feo ellas
No le hacen caso,
Y si bonito
De uno es esclavo.
Si con las hembras
Hemos peleado,
Qué desazones
Las que pasamos;
Mas si sucede
Todo al contrario,
dormir, dormir y dormir...
en el día una cama pa' mi sola,
¡carajo, esto si es vida!
Y uno con ellas                                                                         
Se enreda ¡diablos!
Los pobres hombres
Sufrimos tanto
Que en esta vida
Todo es trabajos.

¡Dios poderoso!
¡Dios bueno y Santo!
Yo le dijera
Con mucho acato,
Me trae veterinario a la casa y todo... 
Si es que pretendes                                                                                         
Servirme en algo,
Si aliviar quieres
Al pobre Juancho
Dándole un día
Algún descanso,
No me hagas necio
Ni me hagas sabio
Pobre ni rico
Bueno ni malo,
¡Dizque trabaja... teclea y teclea y solo mira esa maldita pantalla!
Bonito, feo                                                                                                   
Corto ni largo,
Fiero demonio
Ni humilde santo,
No me hagas ave
Águila o gallo,
Jilguero, mirla,
Torcaz o pato,
Ni lagartijo
Ni feo sapo
Ni tan cuadrúpedo                                                                                                                                                                                         
Me llegó el novio, qué dicha...
Como el caballo.
                                                                                                                           
¿Sabes Dios mío
Por lo que aclamo?
Oye y perdona
Mi desacato,
Sin que lo tomes
A gran pecado:
Sin yo sentirlo
Sin saber cuándo
Así, de pronto,
Vuélveme gato…                                                                             
ese huevo quiere sal... hummmj
                                                                                                           
Gato ser quiero,
Pero no, gato
De dos patitas
y de dos manos,
Gato de pelo,
De uñas y rabo
De cuatro patas
Y que haga miau.
Quiero ser libre,
No ser esclavo,
calmando fiebre, esto no se da todos los días
Vivir durmiendo
En los tejados,                                                                                       
Andando solo
Siempre robando
Siempre comiendo
Buenos bocados,
Sin afanarme
Por el mercado
(del comestible
piérdase que me dejó antojada
Es que yo hablo)                                                                                                                                                               
Ni por chaquetas
Ni por calzados
Ni por muchachas
Ni por muchachos
Ni por Cristo
Ni por el Diablo…
Entrando a solas
Y paso a paso
A las cocinas
Donde hay guisados,                                                                             
tan rápido y todo y el otro tomando fotos ¡conchudo!
Y en los festines
Y en los saraos
Comiendo todo
Lo de mi agrado.
De día durmiendo
De noche andando
Por los canceles
Y por los zarzos,
Y en las despensas
Que es un encanto,
Buenos chorizos
Quesos curados
Jamones, lenguas,
Siempre tragando…
Luego a paseo
¡fo!
Salir al campo
Y si deseos
Me dan de pájaros
Comerme uno,
Dos, tres o cuatro;
volviendo alegre
A mis tejados
Donde el sol quiebra
Sus tibios rayos,
Y allí al sonido
De un dulce piano
Echando al cuello                                                                                         
Lo cogió el día y no doblo ni la cobija
Mi fino rabo,
Irme tendiendo
De largo a largo 
Tan perezoso
Tan descuidado
De las mentiras
De un mundo vano.

¿Y habrá quién goce
Como los gatos?
¿Y habrá quién viva
Tan descansado?
y de comida ¿qué?
¿Y habrá quién coma                                              Tan sin trabajo?                                                ¿Y habrá quien duerma
Tan sin cuidados?                                                 
Si ésta no es vida
Mejor no la hallo.

¡Oh! Dios del cielo
Dios bueno y Santo
Si acaso piensas
Servirme en algo,                                                                       
Dizque en reuniones... estudian pa' hablar mierda
Si aliviar quieres
A este tu Juancho:
Ahora mismo
Vuélvelo gato.

Julio de 1878







Tan creído,consiguió cubrelecho
 pa'que no le llene la cama de pelos, ¡já!

¡Me pilló!


¿Cuándo soltará esos libros, pues?
 Sol solecito caliéntame un poquito
¿Y el atún?


Los gatos de don Germán por Pablo Montoya 

Se sabe del gato de Poe, negro, terrible y vengativo. Del gato de Cortázar, tan amante del jazz como de esa rama de la filosofía que es la literatura fantástica. Del gato de Foucault cuyo jugueteo tiene poco que ver con su universo de la locura y las cárceles. De los gatos de Colette que se siguen deslizando por entre los balcones del Palais Royal. Y de los de Bukowski quien decía, con honda sapiencia, que no hay mayores maestros en el arte de la vida que estos pequeños felinos capaces de dormir más de 16 horas al día.
Pero ¿quién habla de los gatos de Germán Arciniegas? Muy pocos, por supuesto. Porque a Arciniegas se le conoce especialmente por su libros de historia. Aunque sus gatos son algunos de los más entrañables de la literatura. Algunos de ellos viven en Roma, capital eterna de los gatos, en donde se dedican a las farras y a la holganza en jardines de mansiones antiguas y terminan envenenados en circunstancias extrañas. Los otros están en Bogotá, atravesando tejados de frías unidades residenciales, y abocados también a la muerte o a la desaparición en medio de las noticias de aquellos terribles narcotraficantes que ahora son héroes de telenovela.
Las vivencias gatunas del embajador colombiano pertenecen a un período en que no era costumbre operar a los gatos para evitarles sus noches atravesadas de pugnas forajidas y de gemidos del amor. Pero a Piccino, gato nocherniego y disoluto, bastante felliniano, don Germán, preocupado por los altos gastos veterinarios que le acarreaba, decide castrarlo. Y entonces Piccino se vuelve algo así como una criatura melancólica y reflexiva. Un animal propio para tomar el civilizado té hacia la caída de la tarde y no el vino sensual y pendenciero de la noche.
“Mi afecto por los gatos, dice Arciniegas, nunca ha pasado de límites estrictamente literarios”. Y, además, confiesa que le gusta verlos solo en los brazos de los otros. Por supuesto, en la medida en que leemos las diecisiete narraciones breves de su libro, nos damos cuenta que no hay mentira más piadosa que esta. Don Germán ama a los gatos muy por encima de la literatura y, por supuesto, de la historia. Su destino es, en realidad, escribir el diario trajinar de ellos. Y en este sentido, ve en sus breves existencias mitológicas estatuas de terciopelo negro, príncipes de la elegancia y el enigma, reinas coquetas en su languidez, fatídicas damas nocturnas que es imposible olvidar, bandidos de los tejados, de ojos fosforescentes, que luego buscan los brazos de él y de sus hijas para que les curen las heridas dejadas por los zarpazos del deseo.
Arciniegas estuvo tan prendado de los gatos, su vida se mezcló tan inevitablemente con estas encantadoras fierecillas, que en sus labores diplomáticas el gobierno le daba para curar a su animalerío doméstico algo que él mismo definía como “gatos de representación”.
Para quien ama a los gatos, por encima de los perros y de las otras mascotas, e incluso muy por encima de tantos seres humanos que resultan en ocasiones pesados y hasta cierto punto despreciables, Los gatos de don Germán, resulta de lectura obligatoria. La delicia, el humor, la exquisitez son los distintivos de este libro que no es, por fortuna, un best seller, sino un libro inolvidable.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario