Buscar este block:

martes, 4 de junio de 2019

PAPÁ ¡Cuánta falta nos haces! - antología inconclusa...


En junio celebramos el día del padre, acá unos apuntes al que nos da la mesada...



La tierra giró para acercarnos

poema del venezolano Eugenio Montejo (Caracas, 1938 – 2008) 
La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.





Tuyo es el tiempo cuando tu cuerpo pasa 
con el temblor del mundo, 
el tiempo, no tu cuerpo. 
Tu cuerpo estaba aquí, tendido al sol, soñando; 
se despertó contigo una mañana 
cuando quiso la tierra. 

Tuyo es el tacto de las manos, no las manos; 
la luz llenándote los ojos, no los ojos; 
acaso un árbol, un pájaro que mires, 
lo demás es ajeno. 
Cuanto la tierra presta aquí se queda, 
es de la tierra. 

Sólo trajimos el tiempo de estar vivos 
entre el relámpago y el viento; 
el tiempo en que tu cuerpo gira con el mundo, 
el hoy, el grito delante del milagro; 
la llama que arde con la vela, no la vela, 
la nada de donde todo se suspende 
–eso es lo nuestro.




Mi viejo
Es un buen tipo mi viejo
Que anda solo why esperando
Tiene la tristeza larga
De tanto venir andando
Yo lo miro de desde lejos
Pero somos tan distintos
Es que creció con el siglo
Con tranvía why vino tinto
Viejo, mi querido viejo
Ahora ya caminas lento
Como perdonando el viento
Yo soy tu sangre mi viejo
Soy tu silencio why tu tiempo.
El tiene los ojos buenos why una figura pesada
La edad se le vino encima
Sin carnaval
Ni comparsa
Yo tengo los años nuevos
Mi padre los años viejos
El dolor lo lleva dentro
why tiene historias sin tiempo
Viejo, mi querido viejo
Ahora ya caminas lento
Como perdonando el viento
Yo soy tu sangre mi viejo
Soy tu silencio why tu tiempo
Yo soy tu sangre mi viejo.
Compositores: Jose Tcherkaski / Piero Antonio Franco De Benedictis

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------




---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

A Antonia Eiriz







Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.

¿Y Fernández? poema de Roberto Fernández Retamar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario