EL ESTATUS DEL LECTOR
Por Luis Emiro Álvarez
Para ser ciudadanos debemos prepararnos como lectores.
Al prepararnos como lectores recibimos un entrenamiento especial como soñadores. En el interior de un soñador, se abriga un héroe. Cada uno somos, desde el fondo de nosotros mismos un pequeño héroe que no conoce su grandeza pero si se sabe capaz de cambiar el mundo. Por esa la lectura es el mejor antídoto contra la vejez. La vejez no sólo es el desgaste natural de los cuerpos, es la renuncia total e inerme ante la aplastante ignorancia.
Yopal nos necesita, entonces, como lectores.
Cuando asumimos el rol de lector asumimos la responsabilidad de pensar por nosotros mismos en lo individual y en lo colectivo.
Desde la biblioteca ideamos, entre todos y cada uno, nuevas alternativas ante las desafiantes y demoledoras circunstancias. Cada lector es un escritor en potencia. Al escribir, damos fe de la senda por nuevas rutas tras nuevas utopías.
Pero a largo plazo. Los grandes resultados de las ideas concebidas en estos recintos, por demás, celebrando
Cuando asumimos el rol de lector asumimos la responsabilidad de pensar por nosotros mismos en lo individual y en lo colectivo.
Así en esta zona del país no se escuche mucho la palabra gente, es
una palabra que nos determina en nuestros rasgos comunes y nos da nombre. La
etimología de este término data desde el siglo once y deviene del latín al
referirse al grupo de familias que le dan membresía a un pueblo. Será necesario
indagar entorno a la veracidad de estas afirmaciones. Inicialmente gente también quiere decir estatus. Una manera de constatar
esta etimología se evidencia en la cotidianidad de las bibliotecas. La
tipología bibliotecaria se define según las gentes que las visitan. Son grupos
de personas cuya afinidad las determinan sus hábitos, sus rutinas, sus
intereses y sus actividades comunes. Se diferencia de muchedumbre o
multitud o masa. Gente es una palabra que será necesario asumirla en letras
mayúsculas porque reúne rasgos comunes, de ahí la palabra gentilicio. Los
raizales de Yopal son yopaleños. Los asiduos visitantes de las bibliotecas son
lectores.
Los lectores son la razón de existir de las bibliotecas. Ahora que los
soportes de información cambian de la noche al día, lo que debe mantenerse es el desafío de
aprender a ser gente, es decir, ser lectores, ser personas, ser de un lugar al
cual le damos linaje por nuestra manera de ser y estar en el mundo. Los
bibliotecarios también nos formamos como tal a través de nuestras relaciones
cotidianas con los lectores. Los unos le damos nombradía a los otros. Antes de
los papiros se hablo de las tabletas de arcilla. Luego fueron folios, después
de libros, de opúsculos y de folletos y hoy y no sabemos hasta cuando se habla de tablet. Hubo un tiempo de mucho furor para los
periódicos. Debemos tener presente los mapas cuyo formato espacial concreta la
pertinencia de la información Hoy son PDF, redes sociales, pantallazos,
entre muchos otros de los cuales pasamos desapercibidos. En estos tiempos de
transición hacia la sociedad del conocimiento, que vamos de la Web 2.0 hacia la
Web 3.0 lo mínimo que debemos hacer es aprender nuevas y novedosas formas de
leer, de escribir, de observar, de interpretar el mundo que nos rodea. Ya Paulo
Freire afirma que "La lectura del mundo precede a la lectura del texto
escrito". La importancia de las bibliotecas la da el buen trato que
promulguemos hacia los otros, en la tarea de constituirnos como gente. Las
abuelas colombianas solían afirmar que sólo entre la gente nos volvíamos gente.
Sólo entre lectores nos volvemos una sociedad inteligente.
Yopal nos necesita como ciudadanos. Colombia nos necesita colombianos.
Seremos ciudadanos del mundo el día que interpretemos el papel que debemos
jugar para un mundo mejor. Sin lugar a dudas, somos mejores ciudadanos y mejores personas, sí aprendemos a ser lectores. Muchedumbre es el nombre que se le da a la masa
cuyo rol lo define el hecho no pensar. La masa no piensa porque no puede pensar y tampoco lo desea. Cuando asumimos el rol de
lector asumimos la responsabilidad de pensar por nosotros mismos en lo
individual y en lo colectivo. Un lector lo es, cuando deja de hacer parte de la
muchedumbre y suma sus esfuerzos por generar inteligencia colectiva desde su aporte individual. Las bibliotecas existen para ayudarle a cada uno en esa tarea
silenciosa y poco visible de aprender a leer, es decir, de aprender a
interpretar el mundo. Amigo lector, ¿se le mide al desafío? Paola, Patricia, Yuliana, Yulie y Emiro estamos dispuestos a aprender a leer contigo.
Una primera versión para el periódico institucional UNITRÓPICO IN-FORMA - Yopal, diciembre 4 de 2015 - Re-editado para este blog el 20 de febrero de 2017
En la red nos sugieren muchas lecturas. Compilares los listados que os sugieren escritores que han trascendido sus fronteras, con las intención de ofrecer muchas alternativas a ls nuevos lectores a indagar, entre tantas receta, escoger aquellos que están a nuestro alcance, porque se pueden comprar en el país o porque su precio es adquirible a nuestros bolsillos.
Empiezo con la sugerencia de Elena Poniatowska Amor (escritora mexicana):
1. El Quijote, Miguel Cervantes de Saavedra
2. Ana Karenina, Leon Tolstoi
3. La plaza del diamante, Mercé Rodoreda
4. Pedro Páramo, Juan Rulfo
5. Rojo y negro, Stendhal
6. Madame Bovary, Gustave Flaubert
7. Crimen y castigo, Fiodor Dostoievski
8. El Principito Antoine de St. Exupéry
9. Rayuela, Julio Cortázar
10. Toda la obra de la poeta Wyslawa Szymborska
LOS IMPRESCINDIBLES DE RICARDO ROMERO
- 2666, de Bolaño.
- La saga de los confines, de Liliana Bodoc.
- El ángel que nos mira, de Thomas Wolfe.
- La novela luminosa, de Mario Levrero.
- Todo Carson McCullers.
- Todo M. John Harrison.
- Todo Onetti.
- Los siete locos y los lanzallamas, de Arlt.
- La broma infinita, de Foster Wallace (aunque en dos minutos podría ser El rey pálido).
- La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin.
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