Para escuchar al niño sólo necesitamos escuchar al niño |
http://reggioemiliaeducacionestetica.blogspot.com/2011/07/quien-es-loris-malaguzzi-vida-y-obra.html (recuperado agosto 31 de 2015)
"Los educandos aprenden por medio de la observación para después desarrollar sus propios proyectos de creación''
- ''Nada sin alegría"
- "Si se hacen cosas reales, también son reales sus consecuencias", es decir, las ideas surgen a partir de los acontecimientos y experiencias reales, dando lugar a respuestas y conclusiones reales.
- ''Las cosas de los niños y para los niños se aprenden solo de los niños''.
ahora otro enlace:
http://supervisef.blogspot.com/2009/09/la-educacion-segun-loris-malaguzzi.html
(recuperado agosto 31 de 2015)
El niño tiene cien lenguajes,
cien manos, cien pensamientos,
cien formas de pensar, de jugar y de hablar,
cien, siempre cien
cien modos de escuchar,de amar,
cien alegrías para cantar y entender,
cien formas de inventar
cien mundos para soñar.
El niño tiene cien lenguajes
pero la sociedad le roba noventa y nueve.
La escuela y la cultura
le separan la cabeza del cuerpo.
Le dicen que piense sin manos
que haga sin cabeza,
que escuche y que no hable,
que entienda sin alegrías
que ame y se maraville
solo en semana santa y en navidad.
Le dicen que descubra un mundo
que ya existe,
y de cien le quitan noventa y nueve.
Le dicen que el juego y el trabajo,
la realidad y la fantasía,
la ciencia y la imaginación,
el cielo y la tierra,
la razón y el sueño,
son cosas que no están juntas.
Le dicen en resumen que el cien no existe...
Pero el niño exclama "sin embargo el cien existe".
Loris Malaguzzi
- Es un educador que nació en Correggio (Italia) el 23 de febrero de 1920,
- estudió pedagogía en la universidad de Urbino
- en 1945 se inicia como profesor en la población de Reggio Emilia, Italia,
- allí mismo inicia los jardines infantiles para niños de 3 a 6 años
- En 1950 sigue la carrera de psicología
- Muere en 1994
- Aquí van algunas píldoras de su ideario educativo:
Más información sobre este educador:
19 DE SEPTIEMBRE DE 2009
La educación según Loris Malaguzzi
"El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, de jugar y de hablar, cien siempre cien formas de escuchar, de sorprender, de amar, cien alegrías para cantar y entender". Loris Malaguzzi
Una educación que propone escuchar más al niño y hablar menos. Motivar sus “cien lenguajes”, no limitarlos. Y contra lo que piensa la mayoría: menos contenidos y mayor vínculo con el niño. Con la idea de co-construir el aprendizaje con los pequeños humanos, liberada del aprendizaje mecanizado.
"La exposición Los cien lenguajes de la infancia está hecha en contra de cualquier pedagogía profética que sabe todo antes de que suceda. Que enseña a los niños que todos los días son iguales, que no hay sorpresas. Y que enseña a los mayores que tienen sólo que repetir lo que no han podido aprender."
Loris Malaguzzi (1920-1994) es el iniciador e inspirador de la aventura educativa reggiana. Un maestro y pedagogo que dedicó toda su vida a la construcción de una experiencia de calidad educativa que, a partir de una enorme escucha, respeto y consideración de las potencialidades de los niños y niñas, pudiese reconocer el derecho de éstos a ser educados en contextos dignos, exigentes y acordes con dichas capacidades, que las personas adultas no debemos traicionar.
Su trabajo se desarrolla, después de la Segunda Guerra Mundial, en las escuelas infantiles para niños y niñas de 0 a 6 años, para la construcción de un servicio público municipal que ofreciese a niños, niñas, familias, trabajadores y trabajadoras la posibilidad de aprender democráticamente en una comunidad educativa.
La propuesta educativa y la propia identidad pedagógica de esta experiencia se han enriquecido con algunos rasgos importantes que la connotan y que exponemos a continuación:
- La participación de las familias y la gestión social, que, abiertamente, han destruido la idea de separación de la escuela, de la familia y de la sociedad.
- La pedagogía de las relaciones, que ha exaltado la colectividad y la cooperación entre los niños y adultos, superando la idea de la escuela como lugar de aislamientos individualistas, tanto para quien enseña como para quien aprende.
- La teoría de los "Cien lenguajes de los niños", que ha valorado la pluralidad de códigos lingüísticos, venciendo las históricas contraposiciones culturales entre cuerpo y mente, entre acción y pensamiento, entre ciencia y fantasía, etc.
- La práctica de la escucha como contrapuesta a la atávica incapacidad del hombre de poner atención y consideración a las palabras, y a las acciones de los niños.
- La documentación como llave de lectura y de valoración de los procesos de aprendizaje de los niños, y como instrumento de interpretación y de conocimiento del lado oculto del planeta-infancia.
- El redescubrimiento de la creatividad no como una facultad mental distinta, sino como una forma de ser y de pensar de todas las personas.
- El valor de la diversidad y de la complejidad entendidas más como recursos que se deben promover, que como problemas que hay que "alejar".
- La calidad espacio-ambiental descubierta como "lenguaje silencioso", que puede sugerir ideas, socialización, propuestas y bienestar.
- La idea de la organización no como mero aspecto gestionario, sino como parte integrante y elemento decisivo de la cualidad y de las finalidades del proyecto.
- La formación de los educadores confiada, principalmente, al saber que los propios educadores producen, con el convencimiento de que las competencias educativas nacen en interacción con la práctica educativa y que los niños -y quien está con ellos- son, más que consumidores, los primeros productores de una cultura de la infancia.
- La presencia del taller y del atelierista como elemento esencial para asegurar la atención al arte, a la estética, a la investigación visual y a la creatividad.
- La elección de tener una cocina interna propia en cada centro con personal cualificado que participa directamente en la construcción del proyecto educativo.
Sergio Spaggiari
Director de las Escuelas Infantiles Municipales de Reggio Emilia
"La exposición Los cien lenguajes de la infancia está hecha en contra de cualquier pedagogía profética que sabe todo antes de que suceda. Que enseña a los niños que todos los días son iguales, que no hay sorpresas. Y que enseña a los mayores que tienen sólo que repetir lo que no han podido aprender."
Loris Malaguzzi (1920-1994) es el iniciador e inspirador de la aventura educativa reggiana. Un maestro y pedagogo que dedicó toda su vida a la construcción de una experiencia de calidad educativa que, a partir de una enorme escucha, respeto y consideración de las potencialidades de los niños y niñas, pudiese reconocer el derecho de éstos a ser educados en contextos dignos, exigentes y acordes con dichas capacidades, que las personas adultas no debemos traicionar.
Su trabajo se desarrolla, después de la Segunda Guerra Mundial, en las escuelas infantiles para niños y niñas de 0 a 6 años, para la construcción de un servicio público municipal que ofreciese a niños, niñas, familias, trabajadores y trabajadoras la posibilidad de aprender democráticamente en una comunidad educativa.
La propuesta educativa y la propia identidad pedagógica de esta experiencia se han enriquecido con algunos rasgos importantes que la connotan y que exponemos a continuación:
- La participación de las familias y la gestión social, que, abiertamente, han destruido la idea de separación de la escuela, de la familia y de la sociedad.
- La pedagogía de las relaciones, que ha exaltado la colectividad y la cooperación entre los niños y adultos, superando la idea de la escuela como lugar de aislamientos individualistas, tanto para quien enseña como para quien aprende.
- La teoría de los "Cien lenguajes de los niños", que ha valorado la pluralidad de códigos lingüísticos, venciendo las históricas contraposiciones culturales entre cuerpo y mente, entre acción y pensamiento, entre ciencia y fantasía, etc.
- La práctica de la escucha como contrapuesta a la atávica incapacidad del hombre de poner atención y consideración a las palabras, y a las acciones de los niños.
- La documentación como llave de lectura y de valoración de los procesos de aprendizaje de los niños, y como instrumento de interpretación y de conocimiento del lado oculto del planeta-infancia.
- El redescubrimiento de la creatividad no como una facultad mental distinta, sino como una forma de ser y de pensar de todas las personas.
- El valor de la diversidad y de la complejidad entendidas más como recursos que se deben promover, que como problemas que hay que "alejar".
- La calidad espacio-ambiental descubierta como "lenguaje silencioso", que puede sugerir ideas, socialización, propuestas y bienestar.
- La idea de la organización no como mero aspecto gestionario, sino como parte integrante y elemento decisivo de la cualidad y de las finalidades del proyecto.
- La formación de los educadores confiada, principalmente, al saber que los propios educadores producen, con el convencimiento de que las competencias educativas nacen en interacción con la práctica educativa y que los niños -y quien está con ellos- son, más que consumidores, los primeros productores de una cultura de la infancia.
- La presencia del taller y del atelierista como elemento esencial para asegurar la atención al arte, a la estética, a la investigación visual y a la creatividad.
- La elección de tener una cocina interna propia en cada centro con personal cualificado que participa directamente en la construcción del proyecto educativo.
Sergio Spaggiari
Director de las Escuelas Infantiles Municipales de Reggio Emilia
"Malaguzzi y el valor de lo cotidiano": Ponencia del Dr. Alfredo Hoyuelos e Isabel Cabanellas.
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